Aprender Inglés como un Estilo de Vida: Por Qué un Enfoque Holístico es Clave.

Cuando pensamos en aprender un idioma, es común imaginar el modelo tradicional: aulas, libros de texto y ejercicios interminables de gramática. Sin duda, estas herramientas tienen su lugar, pero a menudo pasan por alto un elemento crucial: la conexión entre el estilo de vida del aprendiz y su proceso de aprendizaje. Desde mi perspectiva, el esfuerzo académico requerido para aprender un idioma, está profundamente influido por el conjunto de como vive el alumno. Los resultados reflejan el viaje holístico de tu vida, siendo una manifestación de todo lo que eres, como piensas y como actúas.


El Poder de la Alineación

Un enfoque holístico requiere alineación, lo que implica armonizar tu salud, tus metas personales, intereses, hábitos y psicología con tu aprendizaje del inglés. Cuando cada aspecto de tu vida respalda tus esfuerzos por aprender inglés (y se refuerzan entre sí), el proceso no solo se vuelve más fácil y rápido, sino también más significativo y sostenible.
Piensa en esto: ¿Alguna vez has intentado aprender algo estando enfermo, estresado, desconectado, desmotivado, abrumado o falto de confianza? En esas condiciones, el aprendizaje simplemente no fluye o el proceso se vuelve menos eficaz. En cambio, cuando tu mente está clara y organizada, tu cuerpo sano y tus metas bien alineadas, el aprendizaje surge de forma natural. Esta es la base de la metodología de La Londinense.


Falta de Alineación Provoca “Bloqueos”

Se puede ver desde otra perspectiva: la falta de alineación es equivalente a la falta de equilibrio. Es desconexión. Esto genera bloqueos tanto en el aprendizaje como en la vida.
Abajo, hay dos escenarios en los que he observado bloqueos en los alumnos, causados por la falta de alineación y de un enfoque holístico en sus estudios.

  1. Aprender inglés por obligación (percibida) o simplemente como un medio para obtener otro título: Suele ser un proceso laborioso, desmotivado y mucho menos efectivo y satisfactorio. Esto ocurre por la falta de alineación entre la voluntad personal y la tarea.
    Solución: Es fundamental fomentar la conexión personal con el aprendizaje. Debemos entender que la obligación es, en realidad, una ilusión que elegimos creer. Muchas veces abordamos metas que parecen traer costes adicionales ocultos, lo que puede hacer que, a primera vista, no se alinean con nuestros gustos. Sin embargo, esto no significa que no podamos abrazar el reto. Es posible conectar el aprendizaje con alguna pasión, hobby o, por supuesto, con el sueño original que nos motivó en primer lugar. De este modo, podemos cambiar el enfoque de «tengo que hacerlo» a «quiero hacerlo.» Para lograrlo, es clave identificar los beneficios tangibles y emocionales que el inglés puede aportar a nuestra vida, y utilizarlos como fuente de motivación.
  2. Aprender con prisa para aprobar un examen o con una impaciencia generalizada. Cuando los alumnos tienen prisa, suelen pasar por alto conceptos o habilidades fundamentales, lo que genera lagunas en el conocimiento que pueden obstaculizar su progreso tanto en el presente como en el futuro. Esto refleja un desequilibrio entre el impulso por alcanzar la meta y la importancia de disfrutar y cuidar el camino. El alumno descuida su bienestar y serenidad durante el proceso de aprendizaje.
    Solución: Es importante aceptar que el aprendizaje de un idioma es un compromiso a largo plazo. Hay que entender que se trata de un proceso, no solo un resultado, y reconocer la importancia de un progreso constante y sostenible. Celebrar los pequeños avances puede ser una forma efectiva de aumentar la motivación y reforzar el sentido de logro personal. También es útil incorporar prácticas de relajación, como la respiración consciente o hacer pausas regulares, para reducir el estrés y el agobio, además de mejorar la concentración durante el estudio. Aprender con impaciencia suele implicar intentar abarcar más de lo que es cómodo o realista en un periodo determinado. Una alternativa más efectiva es crear un cronograma flexible, un plan de estudio que incluya tiempo para repasar, practicar y reflexionar. Esto ayuda a consolidar el conocimiento y evita la sensación de estar constantemente apurado.

Vamos a explorar estos temas más en el futuro en los siguientes posts: “Cómo Superar el Aprendizaje del Inglés por Obligación (Percibida)” y “Cómo Superar la Impaciencia en el Aprendizaje del Inglés”. Por el momento, establecemos que está claro que cuando un alumno aprende con convicción y entusiasmo, el aprendizaje fluye de manera más natural y significativa.


Aprender un idioma como extensión de la vida

Ni el idioma ni el aprendizaje son aspectos separados de tu vida diaria; están profundamente entretejidos en ella. Aprender un idioma trasciende el aula y no debería reducirse a lo que ofrece un profesor. Del mismo modo que tu salud no depende exclusivamente del médico ni se resuelve con una pastilla, la educación es un proceso mucho más amplio y holístico. Piensa en los niños: antes de ir al colegio, adquieren conocimientos (especialmente el lenguaje) de forma natural y fluida. De hecho, cuanto menos se interfiere en este proceso, mejor resulta. He observado que, en muchos casos, son los adultos y profesores quienes terminan obstaculizando este eficiente proceso humano de aprendizaje.
Evidentemente, un alumno adulto puede traer consigo estas interferencias al aprendizaje, y por eso es crucial ser consciente de tus bloqueos. Recuerda que cada conversación, juego*, correo electrónico o programa de televisión en inglés se convierte en una oportunidad para practicar y crecer. Al integrar el inglés en tu rutina diaria, no solo lo estudias, sino que lo vives.

*(Exploraremos “El Poder del Juego en el Aprendizaje del Inglés” en un momento futuro.)


Formas Prácticas de Hacer del Inglés una Extensión de tu Vida

  1. Ejercicio «Pensar en Inglés»: Este ejercicio consiste en observar tu diálogo interno en todas las situaciones de tu vida diaria y traducirlo de tu lengua materna al inglés. Comienza con situaciones cotidianas y, si es necesario, esfuérzate en describir mentalmente lo que ocurre. Por ejemplo, al levantarte, pensar o incluso decir en voz alta: «I am waking up… I am getting up… I am getting out of bed… I need the toilet… I want some coffee,» etc.  Si te encuentras con una palabra en inglés que desconoces, reemplázala temporalmente con la palabra en español. Por ejemplo: «I am brushing my [dientes].» Si es una frase completa, haz lo mismo y toma nota mental de esa falta en tu vocabulario en inglés.  Con la práctica frecuente de este ejercicio, irás identificando palabras, frases y expresiones útiles que te convendrá aprender para añadirlas a tu repertorio. (En una próxima publicación, exploraremos formas efectivas de maximizar los beneficios de este poderoso ejercicio).
  2. Practicar con Propósito: Como extensión del ejercicio «Pensar en Inglés», te propongo el enfoque de «Traducir tu Mundo». Identifica las situaciones en las que deseas priorizar tus habilidades en inglés y enfócate en ellas.  Como tú te conoces mejor que nadie, solo tú puedes decidir por dónde tirar para adquirir un inglés verdaderamente práctico y relevante para tus necesidades. Hay lo que yo llamo inglés “Essential” en todos mis materiales y no se puede expresar con comodidad sin ello. Luego hay que sumar vocabulario personalizado. Tal vez quieras profundizar en el mundo de los viajes, saber redactar un artículo en inglés con palabras técnicas o aprender más vocabulario coloquial o relacional para comunicarte eficazmente con colegas…. Cuando llegué a España, estaba embarazada, así que, por necesidad e interés, comencé aprendiendo vocabulario asociado con la salud, el cuerpo y el ámbito médico. Durante un tiempo viví con mis suegros, y como me gustaba cocinar, me enfoqué en traducir el mundo de la cocina para poder hablar con ellos sobre el tema.  Cuanto más práctica y relevante sea la actividad para tu vida, más fácil te resultará recordar y aplicar lo que has aprendido.
  3. Incorporar el Inglés en tus Pasiones: Conocer tus pasiones, intereses e inquietudes es, esencial para vivir una vida con alegría, alineación y propósito. Desde mi perspectiva, no existe una vía más motivadora para un aprendizaje eficiente.  Pensemos en la anécdota de un niño que tiene dificultades para aprender un tema académico en el colegio, pero que, sin ningún esfuerzo, memoriza los nombres de numerosos deportistas admirados y estrategias de juego. Este escenario nos deja valiosas lecciones que exploraremos más adelante. Sin embargo, quiero destacar que la mente aprende mejor cuando establece conexiones con contenido que considera relevante, interesante y motivador.  Además, si ese contenido se comparte y se repite al interactuar y socializar con otras personas, se fija mucho más fácilmente. Aprendemos a través de la conexión humana y reforzamos el aprendizaje al enseñar a otros.  ¿Te encanta cocinar? Podrías empezar explorando recetas en inglés, pero las posibilidades no tienen límites. Comparte tu pasión con alguien, explícalo en inglés, mira series o videos en YouTube sobre cocina, o mejor aún, apúntate a clases de cocina en inglés.
  4. Crear Rutinas Útiles: Aquí quiero resaltar la importancia de la «rutina» y la «utilidad». Los pequeños hábitos regulares envían una señal clara a tu cerebro de que el inglés es una prioridad y una habilidad esencial en tu vida diaria. Recuerda que reforzamos cualquier costumbre, ya sea “mala” o positiva, por lo que es crucial elegir bien.  Además de practicar el ejercicio «Pensar en Inglés», podrías comenzar tus mañanas escuchando un pódcast en inglés o leyendo un artículo durante tu pausa para el café.
    Podría realizar tu actividad deportiva habitual guiado por un vídeo de fitness en inglés.  Si trabajas en una industria específica, busca tutoriales relevantes en inglés que te ayuden a avanzar en tu oficio.  Al repetir estas rutinas, refuerzas caminos neuronales que asocian el inglés con utilidad y relevancia.
    Te recomiendo que estas prácticas sean diarias y de corta duración, en lugar de sesiones largas y esporádicas. La constancia permite que, incluso si un día no practicas, no haya un gran retroceso.  Esta constancia comunica a tu subconsciente que el inglés no solo es importante, sino también una herramienta indispensable para interactuar con el mundo. Con el tiempo, estas prácticas diarias convierten el aprendizaje del inglés en una parte automática y natural de tu vida.

Evidencia

Estudios han demostrado que aprender con frecuencia en contextos reales mejora la retención y la fluidez (Verywell Mind, 2023). Crear un ambiente inmersivo en la vida diaria es posible (incluso sin vivir dentro de un país angloparlante) y clave para convertir el inglés en parte de tu rutina natural. El estudio «Holistic Approaches to Language Learning» de Cambridge University Press enfatiza que un enfoque holístico, que integre factores emocionales y sociales, mejora significativamente la adquisición del idioma. Además, Nunn (2006) destaca que una enseñanza moderna debe incorporar tanto la inteligencia emocional como la flexibilidad cognitiva para maximizar el aprendizaje.


El Papel de la Salud y el Bienestar

Tu salud física, mental y emocional juegan un papel crucial en qué tan efectivamente aprendes. El estrés, el mal sueño y los hábitos poco saludables pueden obstaculizar tu progreso, mientras que un cuerpo y una mente sanos crean las condiciones ideales para aprender. Escribiré más sobre este tema en “posts” futuros.

Salud física:

  • La higiene del sueño es esencial para un funcionamiento óptimo en todos los ámbitos de la vida, y para retener lo que has aprendido de manera efectiva. Durante el sueño (e incluso en momentos de descanso), el cerebro consolida recuerdos y procesa nueva información.
  • Una alimentación saludable y equilibrada no solo mejora la energía y la concentración, sino que también optimiza el funcionamiento cerebral, facilitando el aprendizaje de idiomas. Consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales, como omega-3, vitaminas del complejo B y antioxidantes, puede potenciar tu memoria y habilidades cognitivas, ayudándote a enfrentar el aprendizaje con éxito.
  • El ejercicio regular incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, mejorando la memoria y la concentración. Incluso una caminata breve puede ayudarte a despejar la mente antes de una sesión de estudio. En mi experiencia, comprometerme a hacer ejercicio diario me ayuda a mantener una disciplina general frente a cualquier meta que me proponga. Además, mejora mi estado de ánimo y confianza, brindándome más energía y entusiasmo que puedo canalizar hacia otras tareas o proyectos durante el día.
  • Es importante tener en cuenta que tanto el sobrepeso como el bajo peso o la desnutrición pueden perjudicar el aprendizaje, ya que afectan el funcionamiento cerebral y reducen la energía y la capacidad de concentración necesarias para retener nueva información.
  • Si no tienes claro cómo cuidarte, piensa en cómo cuidarías a un niño. Para mí, es sentido común no enviar a mis hijos al colegio sin desayunar, ni alimentarlos con comida basura o de mala calidad. También me aseguro de que duerman y descansen lo suficiente y por supuesto que tengan movimiento regular en la vida. Aplica ese mismo cuidado a ti mismo: prioriza tu salud física como base para tu bienestar y aprendizaje.

Bienestar mental:

  • Ya sea que estés familiarizado o no con las prácticas de meditación y “Mindfulness” (“La Atención Plena”), es importante saber que el aprendizaje requiere una concentración enfocada.
  • Estas disciplinas pueden reducir el estrés fuera y dentro del aula y una mente calmada y equilibrada absorbe la información de manera más efectiva.
  • Se puede profundizar mucho en una conversación sobre como el bienestar mental juega un papel crítico en el aprendizaje. Muchas veces el profesor se encuentra actuando como un psicólogo, ayudando a los alumnos a superar bloqueos mentales, falta de seguridad y pensamientos limitantes, cosas que obstaculizan su aprendizaje.
  • El diálogo interno punitivo, como la autocrítica severa o los pensamientos de indignidad, puede ser enormemente perjudicial.
  • El cerebro no puede sostener ninguna tarea que perciba como desagradable o asociada a sentimientos de fracaso o desmotivación. Por esta razón, cultivar una mentalidad positiva y comprensiva hacia uno mismo es clave para liberar el potencial de aprendizaje.

Inteligencia Emocional:

  • La inteligencia emocional (IE) es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas. Incluye habilidades como la autoconciencia, la autorregulación, la empatía y la comunicación efectiva. Estas habilidades desempeñan un papel clave en cómo afrontamos los desafíos, formamos relaciones y mantenemos la motivación, factores esenciales en el proceso de aprendizaje de un segundo idioma.
  • Un estudiante con una IE desarrollada puede gestionar la frustración, mantenerse motivado frente a los contratiempos y comunicarse de manera más efectiva, incluso en las etapas iniciales del aprendizaje del idioma.
  • En el aprendizaje de un segundo idioma, la inteligencia emocional fomenta la resiliencia y la adaptabilidad. La empatía mejora la comprensión cultural y la conexión con otros, mientras que la autoconciencia ayuda a los estudiantes a identificar y superar barreras emocionales, como la ansiedad o el miedo a cometer errores.
  • Además, una autorregulación efectiva permite a los estudiantes perseverar en situaciones incómodas o desconocidas, como hablar con hablantes nativos. Al desarrollar la IE junto con las habilidades lingüísticas, los estudiantes crean una base sólida no sólo para dominar un idioma, sino también para usarlo con confianza en contextos reales.

Cómo abordar los desafíos y obstáculos comunes: Soluciones para un enfoque holístico en el aprendizaje del inglés

  • Gestión del tiempo: Equilibrar el aprendizaje del idioma con otros compromisos.
    Solución: Integra la práctica en las rutinas diarias y ser realista con el tiempo involucrado. Dedicar sesiones breves y enfocadas. 5 minutos cada día acumula a lo largo de un año y es mejor que sesiones más largas de forma esporádica y quizás no sostenibles.
  • Mantener la motivación: El progreso puede parecer lento y generar frustración.
    Solución: Celebrar cada paso y premiar todo esfuerzo. Puede ser de forma exagerada o simple pero debe ser diario. Darte caprichos es tan importante que la autodisciplina. Darte un baño con una infusión o tomar una copa de champán: lo que a ti te da placer. ¡Hazlo con la intención de recompensarte!
  • Barreras emocionales: El miedo a cometer errores puede dificultar el progreso.
    Solución: Ve los errores como parte del aprendizaje e incluso un punto de gracia o una cualidad exótica que aportan a tu ser.
  • Constancia: El aprendizaje irregular ralentiza el progreso.
    Solución: Fomenta un diálogo mental de positividad sobre la tarea. Por ejemplo: “Me encanta aprender inglés”. Lo contrario te va a dirigir hacia la evitación o el abandono. Busca responsabilidad entre ti y alguien externo. Comprometerte a clases semanales o hacer un “tándem” dónde tienes que cumplir con otra persona.

¡Es hora de pasar a la acción! Reflexiona sobre tu propósito para aprender inglés: Dedica unos minutos hoy mismo a escribirlo y colócalo en un lugar visible. Luego, elige un hábito pequeño y práctico para integrar el inglés en tu vida diaria. Recuerda, cada paso cuenta. Haz del inglés una parte natural de tu estilo de vida, y verás cómo poco a poco se convierte en algo fluido y auténtico.

¡Juntos, avanzamos!

Kind regards,
Keely (La Londinense)

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